(Columna) Energía geotérmica: Chile dice “chao al carbón”

sábado, 15 de junio

(Por Diego Morata, director del CEGA) Qué cuasi fantástico anuncio el realizado por el Presidente, Sebastián Piñera, durante su cuenta pública: Chile tendrá energía limpia y será un país libre de carbón en su matriz energética al cabo de las próximas tres décadas. Un excelente anuncio que desborda optimismo, pues no todos sacamos cuentas alegres sobre la cantidad de décadas que tenemos para frenar la contaminación por combustibles fósiles. Sin duda muchos anhelamos un Chile abastecido por energías renovables y no contaminantes, de las que, como el propio Presidente destacó en su cuenta, Chile es inmensamente rico. Recursos sobran, lo que falta es tiempo para comenzar a usarlos en serio y una política que estimule su desarrollo. Aún estamos a la espera de un cronograma a la altura de la urgencia sobre la clausura de las termoeléctricas y su reemplazo de esta tecnología sucia por otras limpias.

 

Chile tiene un potencial solar y geotérmico envidiable, pero se necesitan más que palabras correctas y buenas intenciones para cumplir el plazo de la meta anunciada por Piñera: Una matriz energética limpia para 2050 en nuestro país.

 

Las centrales a carbón representan hoy día un alto porcentaje de nuestra matriz de generación eléctrica y, por lo mismo, reemplazar el carbón por energías limpias no es un tema que se resuelva de un día para otro. Primero hay que definir qué energías limpias se usarán y cómo van a reemplazar al sucio carbón. Si repasamos las energías renovables que dispone Chile, vemos que la intermitencia de la solar o la eólica, así como la incertidumbre climática a la que nos podamos ver enfrentados en un futuro muy próximo, con tasas de precipitaciones variables e inciertas y, por lo tanto, gran volatilidad a la hora de dimensionar centrales hidroeléctricas, nos limita el espectro de las energías renovables que no sean intermitentes, no dependan del clima, funcionen las 24horas y sean locales.

 

Bajo esos términos, la candidata es única: La geotermia, presente a lo largo de toda nuestra geografía.

 

Las estimaciones de los recursos geotérmicos existentes en Chile animan a pensar que esta fuente de energía limpia, amigable con el medio ambiente, renovable y con numerosas externalidades positivas, puede ser una solución limpia y altamente calificada para desterrar al carbón. Porque la geotermia, al ser estable y no intermitente, se usa como energía base. Porque da seguridad, ya que no depende de mercados internacionales ni de condiciones o variaciones climáticas. Porque, además, el calor de la Tierra se puede usar de forma directa para calefaccionar nuestras ciudades del centro y sur, eliminando de una vez por todas la contaminación ambiental asociada a la combustión de leña para calentar nuestros hogares.

 

Sí, es fantástica ¿no? Entonces ¿por qué Chile no la desarrolla más?

 

Posiblemente porque desarrollar un proyecto geotérmico toma varios años y hay que asumir una serie de riesgos que en Chile los toman solo los privados. La inversión inicial es alta y los privados encargados de desarrollar los proyectos energéticos, buscan retornos rápidos. Los privados sienten que la volatilidad de los mercados no les da garantías para proyectos de la naturaleza de la geotermia. Pero ¿Qué pasaría si la geotermia fuese considerada como un recurso estratégico por parte del Estado? ¿Si buscase mecanismos para facilitar la entrada de fuentes de energías renovables no intermitentes? ¿Qué pasaría si el Estado realmente apostase por la geotermia como una fuente energética y un suministro limpio para nuestras ciudades? Chile tendría una mayor seguridad energética, ciudades más limpias, y ciudadanos más saludables. Pero lo cierto es que hoy día es el mercado quien regula y, lamentablemente, no se ve una política de seguridad energética que garantice lo prometido por el Presidente Piñera respecto al tema energético durante su cuenta pública y lo peor es que el tiempo nos juega en contra.

 

La crisis climática es real y se necesitan políticas públicas que garanticen la seguridad energética y el reemplazo del sucio carbón por una matriz limpia, estable, segura y 100% chilena. “Es tiempo de actuar” y poner todas las renovables de la nación en marcha.  La ventaja de la larga, angosta y volcánica geografía de Chile permite afirmar que un mix solar-geotérmico-eólico podrá dar respuesta a la demanda social de un país más limpio. Ojalá esta promesa de salir del tóxico carbón para llegar a una energía de base limpia, constante y abundante, como la que entregan nuestros recursos naturales, traspase la fragilidad de los discursos y el teleprompter. Eso de verdad que sacaría aplausos.