EXITOSA PARTICIPACIÓN DEL CEGA EN ÚLTIMO CONCURSO DE FONDECYT REGULAR
miércoles, 29 de marzoTres propuestas presentadas por investigadores del CEGA resultaron seleccionadas en el último Concurso del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt. A partir de este año, los proyectos encabezados por Linda Daniele, Daniel Díaz y Francisco Suárez recibirán financiamiento para desarrollar investigaciones en distintas regiones de Chile.
La primera propuesta es liderada por los investigadores del CEGA Daniel Díaz y Angelo Castruccio, quienes en abril de este año comenzarán a trabajar en el estudio titulado “Modelamiento y comparación de estructuras magmáticas asociadas a los volcanes Osorno y Calbuco, Andes del Sur”. La investigación busca comparar dos sistemas volcánicos que se encuentran cerca y que han hecho erupción recientemente: “La idea es hacer mediciones de petrología y geofísica para tener una idea de qué es lo que hay debajo de ambos volcanes y ver si podemos encontrar diferencias en los reservorios de magmas de estos sistemas”, cuenta Daniel Díaz.
El investigador destaca que otro de los impactos se vincula con la zona de estudio: “La Región de los Lagos tiene la particularidad de ser un lugar con volcanes muy activos, que han hecho erupción hace poco, y eso tiene que ver probablemente con reservorios de magma que tienen mucha energía. En ese sentido la investigación servirá para mostrar que en la zona hay gran potencial y que es necesario seguir incentivando la investigación y el desarrollo de más proyectos vinculados con geotermia”.
Otro de los proyectos adjudicados se titula “Descifrando las conexiones entre manantiales, aguas subterráneas y rocas fracturadas en San Felipe-Los Andes, Cuenca de la Aconcagua”. La investigación recibirá financiamiento por tres años y estará a cargo de los investigadores Linda Daniele, Gloria Arancibia y Gonzalo Yáñez.
Respecto a la propuesta y los impactos dentro del trabajo desarrollado por el CEGA, la hidrogeóloga Linda Daniele comenta: “La investigación nos permitirá analizar el agua en la actualidad más el rol de la roca fracturada. Estudiaremos cómo esta agua circula en todo el sistema, lo que nos ayudará a entender de qué manera circularon en el pasado estos fluidos de alta temperatura. Con todos estos datos podremos determinar la evolución de un reservorio geotermal”.
Por otra lado, agrega que la elección de la cuenca del Aconcagua es relevante al ser lugar con un fuerte desarrollo de la industria agrícola, en el que se aprecia una importante escasez de agua el último tiempo: “Se trata de una de las mayores cuencas de Chile central, hay todo un tema relativo a la importancia del agua en la vida de las personas y en el desarrollo socioeconómico. Es por esto que investigar la parte que está vinculada al área de recarga podría ayudar a entender el esquema general de los recursos en esta zona”, explica la investigadora.
El tercer proyecto seleccionado por Fondecyt lleva por nombre “Measuring evaporative water loss in arid environments using optical and microwave scintillometers”. Está encabezado por el investigador del CEGA Francisco Suárez, quien trabajará en conjunto con el académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, Francisco Meza, y con el académico del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, Alberto de la Fuente.
La propuesta recibirá financiamiento por cuatro años y busca medir a gran escala los flujos de calor sensible (cambios de temperatura) y flujos de calor latente (evaporación) en zonas áridas del país. El estudio se desarrollará en Pirque y en el Salar del Huasco, un sistema hiperárido ubicado en el altiplano de la Región de Tarapacá.
“Queremos analizar estos flujos a escala de kilómetros cuadrados. Para esto vamos a ocupar un instrumento llamado scintillometer, una tecnología nueva que permite medir los flujos de energía y que por primera vez será probada en un ambiente hiperárido”, dijo el investigador a cargo del proyecto, Francisco Suárez.
Dentro de los alcances en el campo de la geotermia, el estudio permitirá cuantificar recursos hídricos en zonas como el altiplano, a través de la medición de flujos de agua que se escapan desde el suelo hacia la atmósfera, lo que permitirá generar modelos de movimientos de aguas subterráneas en la zona. “Entonces si uno es capaz de tener estos modelos de aguas subterráneas puede saber cuál puede ser la posible interferencia de estos sistemas frente al reservorio energético. Y el otro punto es que tú podrías detectar flujos más grandes hacia la atmósfera en algunas partes, lo que te puede ayudar a inferir dónde hay sistemas geotermales más extensos”, añade el experto.