Desarrollo geotérmico en diálogo con el paisaje
miércoles, 27 de mayo(CEGA, 26 de mayo de 2020) Hay una corriente de la arquitectura que plantea que es posible crear obras manipulando aspectos impalpables como el aire, la luz o el vapor. El proyecto Parque Meteorológico Altoandino trabaja con esta tendencia, proponiendo un espacio donde se aprovechan elementos como el vapor o los ductos de una planta geotérmica en el desierto de Chile para generar experiencias visuales, sensoriales y estéticas. La investigación de Constanza Bianchini profundiza en cómo utilizar la infraestructura de la geotermia para engranar de forma armónica las estructuras industriales con su naturaleza circundante y potenciar el turismo.
De todas las energías renovables, la geotermia es la que menos superficie utiliza, y es una de las razones por las que se la considera de bajo impacto. No obstante, toda fábrica afecta su entorno visual, y en ese sentido, las estructuras de producción eléctrica tienen el potencial de insertarse de forma más armónica en el paisaje. La propuesta de tesis de Constanza Bianchini para optar al grado de magíster de Arquitectura del Paisaje de la Pontificia Universidad Católica de Chile, propone un parque meteorológico junto a una planta geotérmica en la zona de Chañaral, al norte del país. “Parque meteorológico altoandino: Catalizador de experiencias atmosféricas, planta geotérmica en el Río Juncalito” es el título de la investigación que “explora las posibilidades atmosféricas, sensoriales y escénicas de la planta geotérmica que hacen que funcione como un catalizador de experiencias atmosféricas que ponen en valor ciclos climáticos propios del lugar”, como señala el documento de investigación.
Los parques meteorológicos son propuestas de generación de espacios donde se juega con lo inmaterial del entorno y el clima, proponiendo una arquitectura para los sentidos. La idea es del arquitecto suizo Philippe Rahm (1967), que busca integrar a la arquitectura variables meteorológicas como la temperatura y trabajar con las condiciones propias del lugar, los cambios de estado de la materia, como en el agua, llevándolo a la representación arquitectónica.
Para Constanza Bianchini, el gran potencial de la geotermia en Chile no es sólo desde el punto de vista de la cantidad de energía limpia que puede generar para el país. Agrega que, “la geotermia tiene demasiado potencial en el paisaje como infraestructura, que no se ha sabido aprovechar. Además, en la actualidad vemos la importancia de visibilizar positivamente las energías renovables. El impacto visual de la geotermia me parece bajo comparado con otro tipo de renovables”.
Los subproductos de la geotermia se convertirían en un valor agregado, con la inserción de la planta monofuncional en algo multifuncional y experiencial. “Yo imaginé que este parque podría recibir a mucha gente. Junto a la planta puede ser una infraestructura para la calefacción de un refugio, un pequeño hotel, para usar calor para invernadero y así distintos tipos de programa enfocados en el turismo. Además, generaría aporte a la gente que habita en la zona, creando varios puestos de trabajo, más que los que sólo da una planta de geotermia”, comentó Bianchini, quien tomó como uno de sus puntos de inspiración el excepcional centro turístico Blue Lagoon de Islandia, donde una planta geotérmica convive con un parque turístico de aguas termales residuales.
¿Cómo se gestó esta propuesta?
La investigación comenzó en el taller de tesis del Magíster de Arquitectura del Paisaje de la PUC, donde los profesores plantearon el uso de una energía renovable para trabajarla desde el diseño. “La idea era buscar cómo a una infraestructura que puede ser muy funcional y técnica le podíamos sacar provecho de sus subproductos estéticamente, desde el diseño”.
“Tomé esta definición – de la arquitectura meteorológica- para llevarlo a la geotermia, ya que dicha energía trabaja con todos estos ciclos como son los cambios del estado del agua”. Uno de los elementos de la geotermia que incorporó en su propuesta fueron los vapores que se generan el proceso de generación de la energía geotérmica. “Me parece que los vapores son únicos y muy atractivos estéticamente”, indicó.
“Estos paisajes y elementos que están presentes en la plantas geotérmicas se asocian a otros imaginarios que nosotros desde la arquitectura no estamos tan habituados a trabajar, como las atmósferas”, agregó.
¿Crees que es factible un proyecto así en Chile?
“Yo creo que sí. Pero hay un largo camino, por ahora estamos en el paso de visibilización de estas ideas”. Comentó que durante el proceso de investigación sostuvo entrevistas con distintos actores relacionados a la geotermia, que no le otorgaron el valor o no tuvieron una compresión de las implicancia de este proyecto. “Me costó mucho hacer entender que una propuesta así podría tener un impacto positivo en su energía. Es algo que se trabajaría no solo desde la ingeniería. Es difícil la comunicación y la visibilización de estas nuevas ideas”.
Por otro lado agregó que esta propuesta, posteriormente, debería incorporar visiones desde otras disciplinas, ya que el trabajo se sustenta en lo arquitectónico. “Por ejemplo en los dibujos de las estaciones de las plantas yo formulo que los ductos geotérmicos se pliegan, pero técnicamente todo eso debería ser chequeado con un ingeniero para saber en qué medida eso se podría regular y ver cómo pasa el calor”.
Al finalizar señaló que durante el desarrollo de este trabajo se terminó enamorando de la geotermia, no solo como energía, sino desde la perspectiva estética que involucra.
En este link, puedes encontrar más información del proyecto: https://www.paisajeo.org/post/2019/12/01/parque-meteorológico-altoandino-desde-la-energ%C3%ADa-geotérmica-al-proyecto-de-paisaje