(Columna) Geotermia, remedio de muchos males
lunes, 29 de julio(Por Diego Morata, director del CEGA) Chile se demoró cerca de 100 años en instalar su primera planta de generación geotérmica, y como sucede a veces con las paternidades tardías, el riesgo de que esta central sea hija única podría ser alto. No se ven en el horizonte planes concretos para desarrollar una segunda planta geotérmica en el país, aunque existen declaraciones de buenas intenciones para desarrollar esta fuente energética local, limpia y de flujo constante que no depende del clima.
Las agendas y rutas energéticas de los últimos gobiernos apuntan a darle énfasis al aprovechamiento de la energía de la Tierra, pero la geotermia necesita de políticas públicas concretas para emerger como lo que es: la única alternativa renovable capaz de descarbonizar eficientemente la matriz energética.
La promesa es potente, pero necesita de un empujón estatal, porque el recurso geotérmico de Chile está en la alta cordillera y su acceso y explotación es más complejo -y costoso- que en otras partes del mundo. Pero a la vez, somos el país con el mayor potencial geotérmico no aprovechado del planeta. Algo hay que hacer.
A fines de 2018 Chile se comprometió a no seguir construyendo plantas de carbón con miras a llegar a ser un país carbono neutral al año 2050. Y si bien tres décadas pueden ser suficientes para desmantelar las termoeléctricas, son muy pocos años para poner en marcha un plan de acción que las reemplace. ¿Qué vamos a hacer? La penetración de la energía solar en Chile ha sido fabulosa, pero no basta para cubrir la potencia (estable pero sucia) que entrega hoy el carbón.
Chile necesita desarrollar la geotermia porque es un recurso inagotable, que opera 24/7 y además, tiene la cualidad de poder descontaminar las ciudades del centro y sur del país.
Porque la energía de la Tierra no sólo sirve para encender ampolletas, también es un recurso que se utiliza para climatizar espacios y cualquier proceso productivo, y es un recurso presente en todo Chile. El Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA) está desarrollando varios proyectos de este tipo en distintas regiones del sur para construir pilotos y demostrar que la geotermia es una opción válida a los combustibles fósiles, tanto porque es limpia como porque a largo plazo sus costos permiten ahorrar a los usuarios.
Estos proyectos se desarrollan con fondos regionales, que buscan promover la geotermia como una alternativa local para el desarrollo de las comunidades.
Núcleos que se han permitido soñar con un futuro más limpio, que sólo requiere de más voluntad política para multiplicar las iniciativas y darle replicabilidad a todos estos proyectos vinculados a la geotermia. Todo esto con el fin de que no sigan siendo pilotos, casos de excepción, o “hijos únicos” que no tendrán continuidad en tiempos que se requiere con urgencia que la geotermia emerja con toda su fuerza desde la profundidad de la Tierra, donde se ha mantenido oculta por ya demasiados años.