Transoceánica: El edificio energéticamente más económico del continente opera con geotermia

miércoles, 19 de julio

(CEGA, 18 de julio de 2017)  Cuando la oficina +arquitectos, integrada por Alex Brahm, David Bonomi, Marcelo Leturia y Maite Bartolomé, recibió el encargo de diseñar el edificio Transoceánica para un holding alemán, se enfrentó a dos desafíos a los que no estaban acostumbrados: proyectar un diseño con curvas y que el edificio fuese un emblema de eficiencia energética y sustentabilidad. El resultado se logró exitosamente, y Transoceánica figura hoy entrelos edificios más verdes del mundo.

Para hacer frente a este reto, la oficina buscó la factibilidad económica junto con la rentabilidad, para demostrar en el mercado local que es posible hacerlo muy bien y además hacer un muy buen negocio. Se trabajó con profesionales alemanes en el diseño sustentable del edificio y en todos los sistemas que se le incorporaron.

“Para incorporar sistemas eficientes a un edificio, lo fundamental  es que el diseño arquitectónico se enfoque en reducir significativamente su demanda energética. Una vez que se ha reducido al mínimo el gasto energético, se incorporan sistemas eficientes, de bajo costo de operación y de bajas emisiones que no dañen el medio ambiente”, argumenta Brahm.

Considerando los requerimientos que ponían los mandantes del edificio, en la oficina +arquitectos se dieron cuenta que los propietarios tenían derechos de agua, con pozos que entregaban agua a 12ºC en un flujo de aproximadamente 7 litros por segundo. “Es un flujo más que suficiente para que a través de un intercambiador de calor incorporáramos un sistema de capilares, que operan de una forma muy similar a una losa radiante. Son tubos muy delgados de 3.2 mm de diámetro exterior  en polipropileno, que se instalan bajo la losa y quedan ocultos en el yeso de terminación. En el fondo es un cielo radiante y es ese cielo el que tempera el edificio. De este modo, el confort térmico del edificio no se da por temperatura de aire, sino por radiación”.

Para las personas  la sensación térmica que es lo que realmente importa y esta queda determinada en un 50% por la temperatura del aire y en un 50% por la temperatura de radiación de los elementos que configuran los recintos.

 

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¿Qué se necesita para que funcione bien el sistema de geotermia?

“Para que el sistema funcione, el edificio debe ser energéticamente eficiente. Disminuir la demanda energética a través deacciones como proteger el edificio del sol, incorporar celosías exteriores, pensar en cristales de buen rendimiento térmico para reducir las ganancias térmicas del edificio drásticamente, en eso está aproximadamente el 80% del ahorro. El 20% restante se logra incorporando sistemas eficientes como el tipo geotérmicos”.

“Además, es muy importante considerar el tema local: no puedes agarrar el edificio Transoceánica, llevártelo a otra ciudad y esperar que funcione, sólo sirve en esta localización con este clima y con esta altura”.

“Santiago tiene un clima con no tan bajas temperaturas en invierno pero sí muy altas temperaturas en verano y si a eso se le suma las cargas internas (como computadores, personas, iluminación, etc.) tienes una calefacción permanente dentro del edificio”.

Además el experto comenta que se complementó la geotermia con otros sistemas de climatización, por ejemplo durante el verano cuando la temperatura en la noche baja a 18 o 14 grados  se incorporó un sistema de renovación de aire para enfriamiento nocturno, que inyecta aire a 16 grados al edificio y así en la mañana cuando llega la gente no se necesita encender el sistema geotérmico hasta las 10 u 11 de la mañana, porque el edificio está fresco.  Por lo tanto se reduce el tiempo de uso del sistema geotérmico durante el día.

 

¿Cuáles son las ventajas del uso de geotermia?

“Es silencioso, estable y parejo en todo el recinto. Con la geotermia se logran muy altas condiciones de confort. Si estás lejos o cerca de la ventana no hace ninguna diferencia en cuanto a tu sensación térmica”.

Otro aspecto positivo que destaca el arquitecto es el gasto energético: “Ahora que tenemos una sequía bastante larga bajó un poco el caudal de la napa, pero igual sigue funcionando, y el gasto energético es el de una bomba para levantar el agua del pozo y llevarlo al intercambiador de calor que está en la sala de máquinas, entonces es un gasto bajísimo”.

Desde el punto de vista energético gasta del orden de los 45 KW hora por mt2 al año, que es cuatro veces menos que un edificio estándar en Las Condes. Brahm comenta que el edificio fue incorporado en un estudio que hizo una editorial inglesa, en la que se estudiaron edificios en Europa y América y este edificio es el que menos energía gasta de toda américa, incluido Estados Unidos. Ver link del estudio

“Junto al estándar de confort extraordinario, este sistema tiene bajísimos costos de operación y  mantenimiento. No hay equipos que estar manteniendo, sólo la bomba de agua”. Respecto a los aspectos negativos, Brahm señala que: “Este sistema funciona bien para superficies unitarias, pero si haces un edificio en el que vas a vender o arrendar oficinas pequeñas es muy difícil separar los gastos que se generan. Funciona bien en edificios unitarios o corporativos, pero es muy difícil de administrar en edificios por unidades separadas”.

Los costos de inversión

Para Alex Brahm, el sobrecosto inicial es el mayor impacto al incorporar tanto el sistema de protección solar como el de geotermia. “El impacto fue en aproximadamente 4UF por mt2. Ahora bien, con la baja del gasto energético mensual, en 4 a 6 años se recuperó el total de la inversión”. El arquitecto, además, hace hincapié en la necesidad de incorporar otros factores en la ecuación de cálculo de ahorro: “El gran gasto de las empresas no es el gasto en energía, sino el gasto de los sueldos de las personas que trabajan en las compañías. Un sistema como este, que además de gastar poca energía logra condiciones de confort de mucho mejor nivel, debiera estar relacionados con la productividad de las personas”. Citando el ejemplo del edificio del New York Times (que se construyó un año antes y que está ubicado en Manhattan) “si uno incorpora una muy conservadora cifra del 1% de mejora en la productividad de las personas, la inversión se recupera en menos de 6 meses, o sea pasas de 4 o 6 años a 6 meses”, argumentado con esto la alta eficiencia del uso de la geotermia en edificios como éste.